Las
centrales domóticas pueden incorporar una entrada que servirá para accionar el
aviso de escape de gas. El hecho de que se detecte una fuga implica que el
sistema lo ponga en conocimiento el usuario
y además tome las medidas pertinentes, tales como el corte del
suministro.
El
corte del suministro de gas se realiza por medio de una electroválvula
todo/nada con rearme manual, ya que así
para restablecer el suministro, además de haber validado el mensaje con la
central domótica, es necesario que el usuario abra la electroválvula.
Son
sensores diseñados para detectar la presencia de gases tóxicos o explosivos
tales como butano, propano, metano, gas ciudad, gas natural y otros. También
detectan la presencia de humos procedentes de un incendio a través de los gases
que desprende la propia combustión.
Los
detectores suelen tener dos pilotos, uno de color verde que indica que el
detector se encuentra en vigilancia y un piloto rojo que se iluminará en el
caso de que ese detector lea niveles de gas peligrosos.
Teniendo
en cuenta la diferente densidad de los distintos gases comercializados, el
detector se instalará a 30 cm del suelo cuando se quiera proteger el inmueble
contra fugas de gas butano o propano, y a 30 cm del techo cuando se trate de
gas ciudad o natural.
El detector de gas deberá instalarse a una distancia no
superior a 1,5 metros desde el gasodoméstico más utilizado, lejos de elementos
que puedan perturbar la detección (por ejemplo, ventanas, extractores, etc.), y
al amparo de zonas húmedas, polvorientas, o con temperaturas extremas. Se
instalará siempre en posición vertical (en las paredes).
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